Hoy, sin planteármelo he llegado hasta el Barrio o comunidad de Pichic.
No se advierte fácilmente el acceso desde la Vía panamericana, pero está a 2 Km de San Lucas, en dirección noreste.
Se accede por un vía de segundo orden sin lastrar , y sobre un estrecho puente sobre el Río San Lucas, se asciende un kilómetro aproximadamente, se llega hasta una plaza amplia que parece funcionar la mayor parte del tiempo como cancha de voleibol.
Desde la plaza principal, se puede apreciar el cerro sagrado Acacana, se aprecia con nitidez la cruz colocada en la cima calva del majestuoso Peñazco.
Desde Pichic, se puede observar el lomo del Acacana y la cara más escarpada e inaccesible de la Montaña.
El Acacana es sin duda el elemento natural que más llama la atención.
El Acacana es sin duda el elemento natural que más llama la atención.
Un hecho un tanto curioso, resulta el que la única puerta de acceso a la Iglesia no da a la Plaza como ocurre en la mayoría de pueblos sino al río San Lucas.
Se ingresa desde la plaza a la Iglesia, pasando un angosto callejón y atravesando el patio de una escuela.
Se ingresa desde la plaza a la Iglesia, pasando un angosto callejón y atravesando el patio de una escuela.
La mayoría de casas del pueblo, son de nueva data y se encuentran dispersas en un amplio margen , no están dispuestas como en otros pueblos alrededor de la Plaza principal, éste es otro hecho curioso. La mayoría de casas nuevas están en construcción, y tiene dos plantas , pero ya no usan bareque y barro sino cemento y ladrillo, aunque conservan la teja como elemento decorativo del techo.
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